Se sabe en el mundo del fútbol que la desesperación hace que los jugadores sean capaces de las acciones más insólitas, como hacerse expulsar, provocar un penalti por despejar un balón con la mano y muchas otras. Pero lo visto ayer en el partido entre Chelsea y Paris Saint Germain por los octavos de final de la UEFA Champions League fue único.
El partido iba 2-2, resultado que clasificaba al equipo francés a cuartos de final (y que jugaba con un hombre menos que Chelsea), y como el reloj ya casi marcaba la finalización del segundo tiempo suplementario el Chelsea entró en la desesperación. Y esa desesperación fue tal que en la última jugada Terry y Cahill marcaron lo primero que encontraron, que casualmente fue a ellos mismos.
Pudo ser peor, incluso pudieron haber marcado al portero del equipo inglés, o al árbitro del partido.
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