En Barcelona, el tema del momento es una conspiración encabezada por la directiva del eterno rival, Real Madrid, quien no pudo lograr la contratación del jugador brasileño que finalmente recayó en el equipo culé.
Las irregularidades que surgieron tras la contratación de Neymar, que provocaron un sinfín de inspecciones fiscales, llevaron al tribunal de Hacienda y a la Audiencia Nacional a encarnar una dura disputa contra el club azulgrana que podría derivar en una sentencia de prisión para el expresidente Sandro Rosell y para el actual mandamás Josep María Bartomeu. Además, el fiscal José Pearls pretende inhabilitar al club de disputar La Liga durante una o dos temporadas.
Desde Barcelona se señala a un traidor del seno del club, quien abría pactado con Florentino Pérez para iniciar una guerra sucia. El apuntado es Jordi Cases, de militancia abiertamente opositora al expresidente Rosell y con acceso a la documentación del acuerdo entre el equipo culé y Santos de Brasil.
La justicia, no siempre limpia, determinará si dar cause a las denuncias y sanciones presentadas por el fiscal Pearls. El fichaje de Neymar fue irregular y en Barcelona lo saben, pero creen que la condena y el ensañamiento es excesivo y obra de una conspiración que quiere perjudicar al club.
El fútbol es el deporte más lindo del mundo, pero por cosas como estas es que se ensucia. No importa si Barcelona es más que Real Madrid, o si el club Merengue es más que el Culé, pero lo lindo de este deporte es poder demostrar dentro de la cancha esa superioridad, y no detrás de un escritorio.
¿Tanto miedo se le tiene al Barcelona para pretender contactar a un "traidor" para acceder a la documentación de contrataciones del Barça e intentar que no juege La Liga? Muchachos, por favor, ¿y si mejor se dedican a jugar al fútbol?
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